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Una conversación con Carlos Viniegra

  • eltechoinvisible
  • 21 may 2020
  • 7 Min. de lectura

Paola Badia y Andrea Cuerva


Carlos Viniegra, coordinador de la ONG Homeless Entrepreneur, nos ha explicado, con más profundidad, cómo se inició y cuáles son las funciones y objetivos de un proyecto como el de HomelessEntrepreneur. Además, hemos hablado de situación excepcional que vivimos a causa del COVID-19 y del sinhogarismo femenino.

Inicios y motivaciones


¿Cuándo y cómo fue la primera vez que escuchaste hablar de Homeless Entrepreneur?

Contacté con Homeless Entrepreneur a través de las redes sociales con Andrew Funk, el presidente. Yo estaba buscando algún proyecto social en un momento en que decidí hacer cambios definitivos en mi vida y apareció esta organización. A partir de ahí Andrew y yo empezamos a hablar y a caminar juntos. Esto pasó durante las vacaciones de 2017. Yo quería dedicarme a la captación de fondos de la organización, ya que llevo más de 30 años dedicado a las ventas y el sector comercial. Pero me di cuenta que tenía más que aportar.

Fuente: HomelessEntrepreneur.org


¿A qué dificultades tuviste que hacer frente cuando entraste en la organización?

Dificultades, todas. Cuando yo entro en 2017, Andrew había creado la fundación con tres personas más, estaba en una fase muy inicial. No había fondos ni conexiones con entidades ni con el mundo social, pero había muchas ganas. Es cierto que su modelo de trabajo era muy contrario al entendimiento que yo tenía del trabajo social que se hacía con las personas sin hogar. Lo principal era considerar que ellos eran los que debían cambiar su situación y no simplemente adoptar medidas como hace el entorno social. Se trata de acompañar en sus procesos para que ellos transformen su vida, y eso realmente fue lo que me cautivó.


Entonces, ¿se trata de trabajar un poco más con las personas? Tenerlas en consideración.

Se trata de trabajar con las personas pero con el pilar que ellos son los que trabajan, tú solo acompañas y le das recursos. El único que puede cambiar una situación de vida es la misma persona. Tu solo puedes aportar recursos, habilidades que ellos no conozcan y trabajar esos temas.

“El único que puede cambiar una situación de vida es la misma persona.”


¿Por qué sentiste que el sinhogarismo era el problema social en el que tenías que centrarte?

Yo siempre he creído que el mundo en el que yo sueño es un mundo donde no hay exclusiones, ni desigualdades, y quizás ahí empecé a sentir que era un colectivo muy vulnerable en el que había que trabajar. De alguna forma siempre he estado en contacto con las personas que tienen menos oportunidades. De jovencito alguna vez incluso había llevado a cenar a casa en Navidad a alguien que había encontrado por la calle (ríe).


Después de todo este proceso, ¿Qué aprendizaje has extraído?

Ha sido uno de los mayores aprendizajes de mi vida. Me he dado cuenta que con ellos aprendo cada día. A veces, vale más una sonrisa de una persona a la que le estás dando una oportunidad frente a todo un sistema preocupado por el estado del bienestar, basado en crear ciudades más urbanas o más centros comerciales. Sinceramente, considero que dejamos por el camino los valores realmente importantes.


Funcionamiento de la ONG


¿Vuestro protocolo de actuación se basa en la reinserción de las personas sin hogar al mercado laboral. ¿Qué proceso se sigue?

Homeless es una comunidad con más de 6.000 seguidores en redes con voluntarios que conocen o trabajan con la organización. Tenemos el programa HELP, que dura 12 meses. Cuando llega alguien a la organización hacemos una preselección. Hoy por hoy no trabajamos con personas que tengan problemas serios de adicciones, problemas mentales que sean graves y que dificulten su proceso de reinserción. En esta fase inicial del programa tenemos entre 15 y 20 personas trabajando durante ese año para aportar recursos a esas personas en situación de sinhogarismo. Nosotros formalizamos con ellos un acuerdo. Es la carta del beneficiario, donde nosotros nos comprometemos con ellos a una serie de funciones y ellos se comprometen con nosotros a otras. Trabajar con y para las personas sin hogar es quizás uno de los conceptos de nuestro ADN que nos diferencia de otras entidades. Debemos conseguir que esos cambios sean duraderos en el tiempo, porque sino no se pueden cambiar patrones.


¿Os habéis encontrado alguna vez con alguien que, una vez se ha reinsertado en la sociedad, ha vuelto a caer en el sinhogarismo?

Quizás por historia todavía no tenemos esos procesos. Tenemos personas que han trabajado un tiempo en el programa HELP y al final no han acabado el proceso entero. Personas que parecía que levantaban y han vuelto a caer, o gente que se ha ido del programa y que luego han intentado contactar con nosotros otra vez. Pero a día de hoy no tenemos constancia de alguna persona que haya caído otra vez en una situación de sinhogarismo. Esperemos que dentro de 10 años podamos tener una familia de personas que acabaron.


¿Qué crees que hace falta para poner fin al sinhogarismo?

Lo que nos hace falta es lo que esta covida, como yo le llamo, nos está trayendo. La sociedad está enferma, y cuando enfermas aparecen los virus, incluso pueden aparecer virus más grandes si no aprendemos. O nos sentamos todos de una vez en una mesa y empezamos a ver qué podemos aportar cada uno y sumamos todos, o no acabaremos nunca. Ahora es momento de sentarnos todos: organismos públicos y privados, entidades públicas y privadas, ciudadanos, empresarios... Y así ver lo que suman para acabar con esta desigualdad. Hasta que no creemos una sociedad que sea más horizontal no acabaremos ni con estas ni con otras desigualdades.


Covid-19


¿Crees que los ayuntamientos y las otras organizaciones están dado el máximo para ayudar a las personas sin hogar ante el coronavirus?

Quiero entender que sí. Es cierto que, cuando empezó todo, había personas que no podían estar en la calle pero tampoco confinados. Personas que los echaban de la Estación de Sants por dormir dentro, pero los Mossos los echaban también de la calle. Una vez más, frente a los pequeños colectivos las reacciones por parte de una sociedad tienden a ser más lentas que para otros colectivos. Estamos en una sociedad con grandes desigualdades, donde se trabaja primero con el que más interés tiene, y uno de esos puntos de más interés es el económico. Deberíamos crear una sociedad comprometida con las desigualdades sociales, que actuasen frente los colectivos más minoritarios primero.


¿Qué va a pasar con todas estas personas una vez acabe el confinamiento?

Las personas volverán donde estaban. En nuestro caso, estamos trabajando para que estas personas tengan una oportunidad. Si realmente esto que hemos hecho nosotros en pequeño, siendo una entidad cualquiera, lo hubiese hecho cualquier ayuntamiento, lo habríamos aprovechado. No estamos acostumbrados a trabajar con personas que están muy desestructuradas, pero seguramente se pueden hacer más cosas de la que darles comida, techo y mantas.


Sinhogarismo femenino


¿Habéis trabajado alguna vez con mujeres sin hogar?

Actualmente, en el hostal que habilitamos por el COVID-19 hay dos mujeres sin hogar y esta semana estamos trabajando con una tercera. En las personas en situación de calle, las mujeres representan una cuarta parte de las personas que están en esta situación de sin hogar. Habría que estudiar muchos factores, pero el número de mujeres que se encuentran verdaderamente en situación de calle, según la clasificación ETHOS, es bastante menor que el de hombres.


¿Existe diferencia de trato entre los hombres y las mujeres sin hogar en organizaciones como la vuestra?

A nivel de todo lo que sería institucional o de las administraciones públicas, seguimos viviendo en una sociedad que es bastante separatista. Estamos defendiendo las igualdades, cuando una de las principales desigualdades es que seguimos tratando de diferente manera al hombre de la mujer. La mujer en una situación de calle sufre muchas vejaciones, pero no son más que un reflejo de los mismos problemas que pasan en la sociedad. El problema del sinhogarismo es el mismo, independientemente del sexo, de la edad, de su condición o su color de piel.


“El problema del sinhogarismo es el mismo, independientemente del sexo, de la edad, de su condición o su color de piel

Después de haber leído varios estudios, estos reflejan que el porcentaje de mujeres en la calle es menor porque tienen a su disposición otro tipo de ayudas que les ofrecen una mano. Una vez ya han agotado todas estas posibilidades, el último recurso que les queda es la calle.

Vivimos en un Estado muy machista, que sigue separando al hombre de la mujer porque la considera el género débil. Sin embargo, cada día me encuentro con más situaciones en las que el hombre ha acabado en la calle, porque intenta mantener a su mujer y a sus hijos para que no acaben en una situación de calle. También tenemos la problemática que cada vez hay más separaciones de matrimonios con hijos, que a pesar de ser por custodia compartida, el domicilio conyugal se suele ceder a la mujer. Con lo cual, cada vez más nos encontramos con el perfil de varón que está en una situación de calle, que tiene trabajo pero no puede pagar la hipoteca de la vivienda conyugal y la manutención de sus hijos


¿Esto quiere decir que las mujeres están en menor riesgo de exclusión social o de acabar viviendo en la calle?

La sociedad crea más ayudas para la mujer, por eso tiene menos riesgo de acabar en una situación de calle. Aunque creo que es importante remarcar que es verdad que el maltrato más duro y el más visible es el de la mujer. Pero cada vez más me encuentro con hombres en la calle que han vivido maltratos psicológicos brutales y no se les tiene en cuenta.


¿Las mujeres se han mostrado abiertas a formar parte de vuestros proyectos?

Sí, totalmente. Nuestras iniciativas no distinguen esa condición sexual, lo que hacemos es trabajar con las personas. Lo que pretende nuestro programa es empoderar a la persona, a decirle que son capaces de cambiar su situación y que tiren hacia adelante. En el caso que les falten herramientas, las trabajamos y allí estamos con ellos


¿Corre más peligro una mujer sin hogar en la calle que un hombre?

Por el tipo de sociedad que hemos hablado anteriormente, son mucho más vulnerables. Existen personas que acaban en la calle que buscan poder estar solos y otros que intentan agruparse. Por eso, el hecho que una mujer esté sola en una situación de calle, hace que esté mucho más expuesta a agresiones. La calle no es más que trasladar el mismo problema que tiene la sociedad. Mientras no eliminemos el maltrato general, no eliminaremos el maltrato en la calle.


¿Les ponen más impedimentos a las mujeres que a los hombres a la hora de reinsertarse en el trabajo?

Bajo el perfil que nosotros trabajamos, no. Lo que nosotros pretendemos es que nos demos cuenta que no existen personas y homeless, sino que somos todos lo mismo. Por eso, cuando preparamos a alguien para que se reincorpore al mundo laboral, debemos darnos cuenta que no es más que una persona como otra cualquiera, que se prepara para buscar un trabajo. Da igual que sea hombre o mujer, si está bien preparado, empoderado y con las ganas de tirar hacía adelante, lo hará.


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